04 febrero 2008

Monstruoso

El sábado por la noche fuimos al cine a ver la película del creador de Perdidos. Por lo general las películas que se anuncian como del director de blablabla, o del cuñado del que hizo taltaltal no me suelen llamar nada la atención, porque si el gancho que tiene la película es el trabajo anterior del director o el productor entonces suele pasar que no tiene gancho propio; pero claro, al ser del creador de Perdidos pues la cosa cambia, al menos en principio.

Llegamos a la sala a la hora y me senté en mi butaca con mi cubo de palomitas gigante - una peli con monstruo se tercia a ello - y aguardé impaciente el comienzo de los gritos y las carreras.

Comenzó la película, pero nada de gritos ni de carreras, los primeros veinte minutos o media hora son una historia sobre unos treintañeros que celebran el nuevo puesto de uno de ellos, que resulta que se ha liado con... bla bla bla. El bla bla bla no sale en la película, pero podría perfectamente, porque en una pelícua con monstruo pues no esperas que antes de que salga el monstruo y se cargue algo empiecen a contarte los líos amorosos de los personajes, y más durante tanto tiempo, con un besito ya nos habría quedado claro que había algo.

Después de un ratito un fuerte temblor, en todos los canales de televisión aparecen avances informativos sobre lo ocurrido, un ataque sobre la Gran Manzana. ¿Qué ocurre? Vamos a la azotea a averiguarlo: explosiones, fuego, hay que huir. Parece que la cosa se pone bien, vemos la parte que aparece en el trailer que todo el mundo ha visto, y es espectacular por supuesto, después el monstruo se acerca, pero no se ve con claridad, momentos de tensión. La cámara subjetiva hace que estemos en el mismo local que los protagonistas, cuando pasa el monstruo la sala se estremece y la sensación es de que va a ser una gran película, vamos bien.

Hay que huir más, así que a correr, ahora la cámara subjetiva no ayuda tanto, está bien que uno de los personajes tenga la cámara para meternos más en el ambiente de la película, pero no si el personaje tiene Parkinson, la cámara por momentos marea y en algunos momentos es imposible ver nada, un par de personas se van de la sala.

Momento de tranquilidad, ¿qué podemos hacer?, idear una trama sin mucho sentido, venga vamos, a recorrer media ciudad. Ahora pasamos a la película no está mal.

Más oscuridad, más entrever monstruo, más huir, - más gente se va de la sala - y al final... Perdidos.

No, los personajes no aparecen en una isla desierta con un monstruo y más gente que un Carrefour en fin de semana y a principio de mes. No voy a decir nada, por supuesto, pero los seguidores de la serie sabrán a qué me refiero cuando vean el final.

Vale, y ahora todo el mundo se pregunta ¿vale la pena ver la película? Y la respuesta es... si, pero el día del espectador, aunque puede que no a todo el mundo le guste. Mucha gente se fue de la sala antes de terminar la película, porque la cámara hace que en muchos momentos sea muy difícil meterse en la historia. ¿Y por qué lo del día del espectador? Porque creo que realmente hay muy pocas películas que merezcan pagar 7,10€ para verlas, y por supuesto esta no es una de ellas. De hecho el día del espectador también es caro para ella, pero es lo que hay...

De las dos últimas películas que he visto en el cine esta es la mejor, claro que la anterior era La brújula dorada, y el gran Uwe Boll no tiene nada en cartelera, con lo que era seguro mejorar.

¿La próxima? Probablemente 30 días de oscuridad. Promete.